¿Puedo prevenir la osteoporosis?

La osteoporosis es una enfermedad que se puede prevenir, no es consecuencia de la edad. El estado de la salud del sistema oseo está directamente relacionado con aumentar la fuerza de los huesos y minimizar la carga sobre de ellos, con la edad y el decremento de los niveles hormonales. En general, un modo de vida saludable debe llevar al individuo a preservar la densidad mineral de los huesos (DMO), su microarquitectura y la fortaleza de los mismos.

shutterstock_95945713

El consumo adecuado de vitamina D, la actividad física (no en exceso) y la ausencia de cigarro y alcohol, son formas saludables de cuidar nuestro organismo. Se recomienda el consumo de calcio sobre todo en la niñez y adolescencia (entre los 9 y los 18 años), con una dosis de 1,300 mg diariamente, sobre todo en alimentos enriquecidos o complementados. Un adecuado consumo de vitamina D (600 unidades internacionales (UI)) promoverá la absorción del mineral y para aquellas personas que tienen una dieta variada o balanceada, no es necesario agregar complementos rutinariamente. En aquellos niños o jóvenes en los que tienen dietas muy reducidas (menos de 600 mg de calcio por día o menos de 400 ui de vitamina D) seguramente requerirán el tomar complementos alimenticios regularmente.

De forma similar, las medidas de prevención en el adulto incluyen el realizar regularmente ejercicios que le permitan bajar de peso, consumo regular de alimentos que contengan calcio y vitamina D, dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol. Para el caso de las mujeres que ya pasaron por el proceso de la menopausia y para hombres de más de 70 años de edad, se recomienda el consumo de 1,200 mg al día de calcio en el total de la dieta incluyendo suplementos. El consumo recomendado de vitamina D para adultos hasta de 70 años es de 600 UI y para mayores de esta edad, hasta 800 UI. Sin embargo las personas confinadas en su domicilio y otros grupos de mayor riesgo, deberán consultar con su médico para verificar estas medidas.

No se recomienda el uso de terapias farmacológicas para la prevención de la pérdida de la densidad ósea en la mayoría de los adultos, a menos que el médico determine su uso. Debido al alto costo de las terapias y riesgos asociados, solamente los pacientes con alto riesgo de fractura son candidatos al uso de cierto tipo de medicamentos. En pacientes en los que el médico especialista estime baja densidad de masa ósea, podrán ser considerados para tratamiento farmacológico por el incremento en el riesgo de sufrir una fractura.

El nivel de riesgo de fractura se estima utilizando las herramientas de cálculo apropiadas, emitidos por la Organización Mundial de la Salud. Por ejemplo, un tratamiento puede ser considerado como costo-efectivo, si en una estimación a 10 años, el porcentaje de riesgo de fractura de cadera o de algún otro hueso importante disminuye a cuando menos 3.0 a un 20% o menos de probabilidad.

Para mujeres con menopausia que son candidatas y desean la terapia preventiva contra la osteoporosis, se sugiere el uso de bifosfonatos o raloxifeno??? como primera elección. Es preferible la aplicación semanal de alendronato o risedronato o algún otro bifosfonato debido a que es más eficaz, económico y porque hay estudios muy completos sobre la seguridad de estos productos. Hay consideraciones óseas importantes que se deben tomar en cuenta al indicar raloxifeno dentro del tratamiento para mujeres con menopausia: se ha especulado una disminución del riesgo de cáncer de mama, pero un incremento de eventos tromboembólicos, y no hay datos de que produzca o contribuya con enfermedades del corazón o en el endometrio.

Para aquellos hombres que son candidatos y desean una terapia preventiva contra la osteoporosis, se sugiere el uso de bifosfonatos. Preferentemente se deben usar alendronatos o risedronatos o cualquier otro bifosfonato, debido a su nivel de eficacia, bajo costo y la disponibilidad de estudios sobre seguridad de estos productos a largo plazo.

¿Qué es la Gota?

Es una forma de artritis que puede causar dolor e inflamación en las articulaciones. En su etapa inicial, tiende a afectar solo una articulación que frecuentemente es el “dedo gordo” de alguno de los pies. Sucede en personas que tienen  elevados niveles de ácido úrico en la sangre. Este ácido se produce en el cuerpo como parte de un proceso metabólico complejo, en el que influyen algunos alimentos, que al digerirse pueden transformarse en cristales que se depositan principalmente en las articulaciones ocasionando el dolor. cristales-acido-uricoEl ácido úrico también llega a los riñones para eliminarse a través de la orina. A veces, la adherencia del ácido a las paredes y conductos internos de este órgano, hacen que se dañe irreversiblemente, provocando lo que conocemos como insuficiencia renal. En otras ocasiones, los cristales se unen para formar cálculos que pueden bloquear los conductos que llevan la orina a la vejiga, provocando problemas con el flujo, dolor intenso e incluso, imposibilidad para orinar y en pocas ocasiones, daño al riñón.

Los síntomas incluyen ataques muy dolorosos, repentinos e incapacitantes, generalmente en el “dedo gordo” del pié, en la rodilla o en el tobillo.

La articulación se inflama y enrojece. Aunque generalmente solo ataca a una articulación, hay personas que pueden llegar a tener dolor en dos o más al mismo tiempo.

gota-enfermedad

El dolor y la inflamación causados por la gota pueden ser extremos y es peor al principio del ataque. Los síntomas disminuyen en días o semanas. No se sabe cómo es que el cuerpo “apaga” estos ataques.

¿Existe forma de determinar si se padece gota?

Para confirmar que está en un ataque de gota, los médicos realizan una extracción de líquido sinovial (el fluido que se encuentra entre las articulaciones) de la coyuntura en la que tiene el dolor. Si se encuentran cristales de ácido úrico en él, confirmará el diagnóstico inicial.

Si la persona presenta algunas de las siguientes características, entonces el médico podrá sospechar que padece gota:

  • Sufrió un ataque de gota en alguna articulación, sobre todo la de la base del “dedo gordo” de alguno de los piés.
  • Los síntomas desaparecen completamente entre evento y evento.
  • Sus exámenes de laboratorio muestran altos niveles de ácido úrico en la sangre

¿Cómo se trata?

Existen algunos medicamentos que ayudan a reducir el dolor y la inflamación ocasionada por la gota. El médico le indicará la mejor opción. Trate de mantener estos medicamentos a la mano, porque la mejor forma de controlar un ataque de gota, es que los tome desde los primeros síntomas. Los medicamentos utilizados incluyen:

cristales_acido_urico_liquido_sinovial

Anti-inflamatorios no esteroideos (AINE’s) que son un grupo grande de medicamentos entre los que se incluyen el ibuprofento o la indometacina. Estos medicamentos pueden estar contraindicados cuando se trata de pacientes con insuficiencia renal o hepática, o personas que tienen problemas de hemorragias.

Colchicina, este producto puede ser de gran ayuda en el ataque agudo de gota, pero pero puede ocasionar diarrea, nauseas y vómito, así como dolor de estómago. Este se utiliza generalmente en personas que no pueden hacer uso de los AINE’s.

Esteroides, como la cortisona, estas sustancias que no se parecen en nada a las utilizadas por los deportistas para construir músculo, son de uso delicado, deben ser prescritos y vigilados por su médico. Se utilizan para reducir el dolor y la inflamación cuando los demás medicamentos no han dado resultado.

¿Existen medicamentos preventivos?

Hay medicamentos que reducen la posibilidad de padecer un ataque de gota. Muchas personas que han sufrido ataques consecutivos o muy severos, requieren del uso continuo de ellos. En general, actúan para reducir el ácido úrico en la sangre. Algunos ejemplos son el alopurinol, el probenecid o el febuxostat (este último, no disponible en México). Los problemas graves de gota se pueden tratarse excepcionalmente con pegloticase, el cual es administrado por vía intravenosa y puede ocasionar reacciones alérgicas en algunas personas. Es un medicamento que no ha sido aprobado para su uso en México.

Una vez que tenga un medicamento para prevenir gota, el médico debe asegurarse de que usted lo use con seguridad. Deberán revisar sus niveles de ácido úrico para verificar que este los reduzca adecuadamente. El allopurinol, el probenecid, o el febuxostat pueden incrementar los ataques de gota cuando se comienza a utilizarlos. Para prevenir estos ataques, el médico deberá sugerir el uso de bajas dosis de colchicina al inicio del tratamiento y mientras se reducen los niveles de ácido úrico y desaparecen los ataques de gota.

¿Cómo puedo prevenir la gota?

Si tiene sobrepeso u obesidad, el adelgazar puede ayudar a prevenirla. Realizar cambios en la dieta también pueden prevenir ataques futuros.

Disminuir el consumo de alimentos como la carne roja y los mariscos, bebidas con alto contenido de alcohol como el tequila, el brandy, la ginebra o el vodka. Se deben evitar alimentos y bebidas elaborados con alta fructuosa, como el jarabe (utilizado la mayoría de los refrescos y las galletas y pasteles industrializados).

Aumentar el consumo de productos con bajos niveles de grasa, como leche light (baja en grasa) y yogurt, todo tipo de granos y vegetales.

vegetales

Apoyo del terapeuta médico familiar

¿Cuáles son los objetivos?

  • Fomentar de manera central el desarrollo de las capacidades de autonomía y las habilidades de comunicación del paciente con stock-photo-young-woman-holding-senior-woman-s-hand-indoor-131623226sus familiares, formato redes de apoyo y sistemas médicos.
  • Fomentar la adherencia terapéutica, el interés por seguir las indicaciones del médico y de los terapeutas físicos.
  • Apoyar e informar al cuidador principal para asumir las nuevas responsabilidades y afrontar y manejar a la enfermedad y al paciente.

¿Qué es?

La terapia médica familiar (TMF) es una disciplina psicoterapéutica que desde una visión psicodinámica y sistemática atiende al paciente, su familia y su red de apoyo social. Incluye a los demás sistemas de atención que están involucrados con la persona y con su padecimiento y por ello, se considera un modelo sistémico, bio-psico-social, colaborativo, psicodinámico por medio del cual se realiza un trabajo en colaboración, coordinación e integración entre el sistema médico y aquellos otros que involucran el cuidado del paciente.

Interviene también a nivel psico educativo de carácter preventivo, coadyuvando así a que el paciente y su familia tengan un mejor apego al tratamiento, previniendo situaciones posteriores que pudieran perjudicar más al paciente.

Los padecimientos crónicos repercuten no solo en el paciente, sino también en su familia. Las enfermedades reumáticas, como ejemplo, requieren de la terapia médico-familiar para que puedan afrontar el padecimiento, adquiriendo una gran importancia el cuidado que requieren este tipo de enfermos.

Tiene un efecto psico social que altera a todos los miembros, sobre todo a aquel que es cuidador principal del paciente, pues lleva una sobrecarga de trabajo que incrementa su nivel de estrés, viéndose afectada su calidad de vida.

Los resultados de estudios realizados por McDaniel Susan y coll (1994), revelaron que la convivencia entre los pacientes y sus familiares se ve afectada por la enfermedad. La relación de pareja, con los hijos, con la familia directa, refleja cambios importantes que van desde los horarios, hasta los hábitos, la distribución de la casa, el arreglo de lugares para equipo de fisioterapia, etc.

Algunas personas que cuidan enfermos crónicos, manifiestan tener miedo o impotencia o gran preocupación por la situación del paciente y la personal, debido al incremento de estrés, el ausentismo laboral, el exceso de trabajo en casa y el aumento en los gastos no programados derivados de tratamientos y demás.

Todos estos factores repercuten negativamente en la salud de la familia, general depresión, ansiedad, cefaleas, dolores musculares, cansancio, alteraciones del sueño, apatía, ira, culpa, agresión y como consecuencia, baja de peso, alteraciones en la presión arterial y un incremento en el consumo de medicamentos.

¿Puedo tener artritis reumatoide?

¿Qué es la artritis reumatoide (AR)?
 

Es una enfermedad que afecta primordialmente las articulaciones del aparato musculoesquelético. Causa inflamación (hinchazón), dolor y limitación en la función de las articulaciones, y sin un tratamiento adecuado y oportuno puede causar deformidad y discapacidad irreversibles. Es un padecimiento crónico degenerativo e incurable. Es controlable con el uso de los medicamentos y el manejo adecuado de la enfermedad.
 

La AR se considera una enfermedad autoinmune, lo que significa que el mismo sistema inmunológico es el responsable del proceso inflamatorio en las articulaciones y en ocasiones, en otras partes del cuerpo.
  

Ocurre en aproximadamente una de cada 200 personas por lo que no es un padecimiento raro. Es más común en el género femenino, afectando cuando menos a tres mujeres por cada hombre.
 

¿Qué causa la artritis reumatoide?

La causa es desconocida; aunque no se considera de carácter hereditario, sí existe una predisposición genética para desarrollarla. De forma interesante, recientemente se ha identificado al tabaquismo no sólo como factor predisponente sino también de gravedad.
 

¿Qué síntomas causa la artritis reumatoide?
  

Los principales síntomas son dolor e hinchazón de las articulaciones como las manos, muñecas, codos, hombros, caderas, rodillas, tobillos y pies. La presentación de la enfermedad es variable por lo que la localización y la cantidad de las articulaciones afectadas, así como el grado de inflamación de las mismas, puede ser diferente en cada caso. Puede haber rigidez o entumecimiento articular que son peores por las mañanas y mejora en el transcurso de varias horas durante el día.
 

¿Ataca únicamente a las articulaciones?

No, en realidad es una enfermedad sistémica, es decir que puede dañar otros órganos o tejidos. Entre algunas de estas manifestaciones llamadas extra articulares, están la fiebre de bajo grado, el malestar general y la fatiga. Puede ocurrir anemia por disminución en la producción de glóbulos rojos.
 

En la piel, pueden aparecer tumoraciones benignas sólidas conocidas como nódulos reumatoides. No es extraña la resequedad de la piel, ojos, boca y vagina, lo que se conoce como síndrome de Sjögren secundario. En ocasiones, puede inflamar diversas partes de los ojos. Se pueden hinchar las cubiertas del corazón y del pulmón (pericarditis y pleuritis respectivamente). En raras ocasiones se pueden inflamar los vasos sanguíneos generando una condición conocida como vasculitis.
 

¿Cómo se diagnostica?
  

El médico después de un interrogatorio, la exploración física en la que se debe corroborar inflamación articular y apoyado con estudios de laboratorio y de gabinete como rayos X, puede realizar el diagnóstico. Debido a que varias enfermedades reumatológicas pueden causar síntomas similares a los de la AR, es importante que se consulte a un médico especialista en reumatología para que el diagnóstico y el tratamiento sean los adecuados.
 

¿Cuál es el tratamiento?
  

El objetivo de éste es aliviar los síntomas de dolor y rigidez articular, controlando la inflamación a largo plazo para evitar la deformidad e incapacidad funcional. Los antiinflamatorios y analgésicos, pueden ayudar a controlar los síntomas pero no modifican el curso de la enfermedad por lo que no previenen la destrucción articular ni la invalidez.
 

El médico también puede recomendar el uso de medicamentos derivados de la cortisona a dosis bajas para controlar el proceso inflamatorio. A diferencia de los analgésicos y los antiinflamatorios tradicionales, la cortisona y sus derivados si han demostrado ser de utilidad para prevenir el daño articular, pero debido a sus efectos adversos, no deben ser usadas como terapia única y la dosis debe ser reducida gradualmente en semanas o meses y si es posible suspenderla cuando la enfermedad esté dominada.
 

Para controlar la AR de fondo y prevenir el daño articular, es necesario utilizar fármacos modificadores de la enfermedad (FARMEs) y estos no funcionan de una forma tradicional, ya que actúan lentamente en el cuerpo disminuyendo la inflamación.
 

Los medicamentos para tratar la artritis reumatoide son eficaces y en general seguros, pero son de uso delicado y su administración requiere de vigilancia médica y muy frecuentemente de estudios de laboratorio para asegurar que no existan efectos adversos.
 

¿Qué son los medicamentos biológicos?
  

Si la inflamación no cede adecuadamente, el reumatólogo puede recomendar el uso de un nuevo tipo de medicamentos conocidos como “biológicos”. Estos fármacos están fabricados mediante biotecnología y son esencialmente proteínas diseñadas para interferir, ya sea con la cascada inflamatoria, con la respuesta inmunológica o eliminar cierto tipo de células del sistema inmunológico.
  

¿La cirugía puede ayudar a pacientes con AR?
 

Es una alternativa para aquellos pacientes en los que existe una articulación persistentemente inflamada a pesar del tratamiento, o bien cuando existe inestabilidad articular y especialmente en aquellos pacientes en los que el daño en la rodilla o cadera es avanzado, ya que estos pacientes pueden beneficiarse de un reemplazo articular (prótesis de rodilla o de cadera) o bien, de una intervención quirúrgica preventiva o de reconstrucción de las muñecas, manos o dedos.

¿Puedo tener lupus?

¿Qué es el Lupus Eritematoso Sistémico (LES)?

Es una enfermedad autoinmune de difícil diagnóstico que puede afectar a casi cualquier órgano o tejido del cuerpo humano. Si bien puede ser una enfermedad grave e incluso puede causar la muerte, realizando un diagnóstico y tratamiento oportuno se pueden evitar las complicaciones y por ende, salvar la vida en la mayoría de los casos.

¿Por qué se le llama “Lupus”?
 

La palabra “lupus” significa lobo en latín. Muchos pacientes con esta enfermedad manifiestan una erupción cutánea en la cara que semeja las marcas faciales de ciertos tipos de lobos. Esta erupción cutánea también es conocida como “en alas de mariposa” debido a su parecido con este insecto.
 

¿Qué causa el lupus eritematoso sistémico?

La causa de este padecimiento es desconocida; sin embargo se han reconocido factores de riesgo genético, hormonales y probablemente ambientales como algunas infecciones por virus.
 

¿En quién ocurre esta enfermedad, y qué tan frecuente es?
 

Puede darse a cualquier edad, aunque es mucho más frecuente en mujeres jóvenes en edad reproductiva, es decir después del inicio de la menstruación y hasta la menopausia. La ocurrencia en hombres es de 1 por cada 9 mujeres. En la población general hay aproximadamente un paciente con LES por cada 2,000 habitantes.

¿Qué manifestaciones clínicas tiene el LES?
 

Los síntomas y los signos varían dependiendo del órgano o tejido afectado. El LES puede causar alteraciones en estudios de laboratorio que pueden no ser detectados a través del interrogatorio o en el examen físico. Es importante mencionar que cada paciente es diferente y no tienen que ocurrir todas las manifestaciones clínicas.
 

Puede causar síntomas como cansancio excesivo, fiebre, malestar general y en ocasiones pérdida de peso. Puede presentarse dolor y en ocasiones inflamación articular en las manos, muñecas, rodillas y pies.

También puede producir erupciones cutáneas en el rostro, de color rojizo en forma de alas de mariposa, o en otras partes del cuerpo en forma de círculos, lesiones conocidas como lupus discoide. Adicionalmente puede haber caída excesiva de cabello.

La afectación al riñón es particularmente delicada y puede no ser detectada hasta que la función renal ha sido alterada considerablemente. Es la más común de las manifestaciones graves de la enfermedad y si no se trata agresiva y oportunamente, puede ser irreversible.

La pericarditis es la inflamación de la cubierta del corazón, y lo que genera dolor en el pecho y sensación de falta de aire. En raras ocasiones el LES puede causar inflamación del corazón propiamente, y si sucede, ocasiona agotamiento con poca actividad física o retención de líquido en piernas y pies.
 

La pleuritis o inflamación de la cubierta de los pulmones (pleura) es la afección pulmonar más común y se manifiesta como dolor en el pecho, en la espalda o en el costado, que ocurre especialmente al inspirar, es decir meter aire a los pulmones profundamente.

El dolor suele ser descrito como “si se clavara un cuchillo en el pecho, costado o espalda” y es casi siempre de un sólo lado del tórax.

La neumonitis o inflamación del pulmón es mucho más rara pero de mayor gravedad y suele causar tos seca o con producción de moco, así como sensación de falta de aire y en muy raras ocasiones, presencia de sangre en las expectoraciones. La neumonitis, al igual que el daño renal debe ser detectada oportunamente para su tratamiento.

En ocasiones, aparecen úlceras orales que pueden o no ser dolorosas y generalmente requieren sólo de manejo conservador. Eventualmente hay peritonitis caracterizada por dolor abdominal intenso, náusea y vómito que puede similar un cuadro de apendicitis aguda.

La anemia hemolítica es un tipo de anemia que causa la destrucción rápida de glóbulos rojos, puede causar una coloración amarillenta de la piel y requiere de un tratamiento más enérgico. La disminución de los glóbulos blancos en sangre conocida como leucopenia es bastante común, asintomática y en general no requiere de tratamiento.

¿Cómo se diagnostica el LES?
 

El diagnóstico de esta enfermedad se realiza basándose en el análisis del conjunto de síntomas y hallazgos durante la exploración física y estudios de laboratorio.
 

La prueba de anticuerpos antinucleares es positiva en la mayoría de los enfermos con lupus; sin embargo, esta prueba puede ser positiva en un número significativo de individuos sanos, por lo que no debe ser utilizada como el único criterio para el diagnóstico de esta enfermedad. Otras pruebas de laboratorio que ayudan al diagnóstico del LES es la biometría hemática, la química sanguínea completa y el examen general de orina. Finalmente, existen otros anticuerpos que se pueden encontrar en pacientes con LES como los anticuerpos anti-DNA, que pueden ayudar al diagnóstico pero no están presentes en todos los pacientes; sin embargo son auxiliares para el reumatólogo en la evaluación de cada paciente.
 

¿Cómo se trata el LES?
 

El tratamiento del LES incluye medidas generales así como uso de medicamentos y depende en gran parte del tipo de manifestaciones clínicas que estén ocurriendo en un momento dado. Dentro de las medidas generales, se incluye una dieta balanceada y adecuada en calidad y cantidad. Los pacientes con LES deben evitar exponerse directamente al sol y deben utilizar bloqueador solar, además de gorra o sombrero en el caso de que la exposición solar no pueda ser evitada.

¿Puedo tener osteoartritis?

¿Qué es la osteoartritis (OA)?

Es el tipo más común de artritis. Es una enfermedad capaz de producir dolor, pérdida de la movilidad y deformidad de las articulaciones, además de incapacitar progresivamente a quien la padece.

También llamada enfermedad articular degenerativa, osteoartrosis o artrosis, puede afectar a múltiples articulaciones; las más comunes son rodillas, cadera, manos, primer dedo del pie (“Juanete”) y columna. Continue reading “¿Puedo tener osteoartritis?”

Apego al tratamiento

Es bien sabido que en México, los pacientes en lo general, no se apegan a los tratamientos que el médico les señala, ya sea porque no tienen la confianza necesaria para continuar tomando pastillas durante mucho tiempo, o bien, porque al mejorar su condición, desaparece el dolor y por lo tanto, consideran que ya no requieren de la medicina.

Al decaer su salud, se sienten engañados, preocupados y desconfían de las indicaciones, comenzando a buscar terapias alternativas que no ayudan al control de su enfermedad, poniendo en riesgo no solo su salud, sino ocasionalmente, hasta su vida.

El diagnóstico y tratamiento sugerido por nuestros especialistas, están a la vanguardia, soportados por medicina basada en evidencia y apegados a las guías de práctica clínica nacionales e internacionales vigentes.

El tratamiento de las enfermedades reumáticas puede requerir del uso de medicamentos delicados, para lo que debe tener el seguimiento y control del médico tratante, para verificar que sean bien tolerados por el paciente. No es recomendable descontinuarlos a menos que el especialista así se lo señale. Debe comentarle de otros medicamentos que esté utilizando para el control de otros padecimientos, así como de cualquier suplemento alimenticio o terapia alternativa.